Cómo lograr una buena fotografía de paisaje

Atardecer-Daniel-BusturiaUn romántico atardecer, una playa paradisíaca, un monte verde que nos impacta por su frescura… Son cientos los paisajes que vemos a lo largo de nuestra vida, especialmente si vivimos en un lugar privilegiado o si nos gustan las excursiones, acampadas y viajes. Inmortalizarlos es algo que nos encanta, pero no siempre se nos da bien. Por ello, siempre vienen bien unos cuantos consejos para lograr una buena fotografía de paisajes.

Lo fundamental es pensar en la profundidad de campo, manteniendo todos los elementos que podemos observar en foco, teniendo en cuenta que estamos fotografiando un paisaje en la que, muy probablemente, todo es igual de importante. Por ello, deberemos marcar todos los objetos nítidos, con una pequeña abertura de f/16 a f/22 bastará, y dejar así un buen sentido de profundidad.

Pero igual de importante es el hecho de que un paisaje, generalmente, ganará aún más si la foto es más panorámica, si la vista es más amplia y podemos abarcar más importantes, por lo que una lente en gran angular nos dará más juego en esta fotografía.

La naturaleza en sí es una gran aliada para este tipo de imágenes. ¿Hay algún lago? ¿Una playa? ¿Un gran embalse? El agua crea un efecto espejo que siempre llama la atención por lo que sus reflejos, ya sea por luz, por un objeto o algún elemento natural, siempre va a darnos más vida y belleza a la fotografía.

Hay que tener en cuenta que una fotografía de paisaje no necesariamente ha de ser sólo de un par de montañas o de un gran horizonte. El «uso» de personas o animales en estas fotografías puede servir como aliado para crear sentimientos o recuerdos, y acerca más al espectador. Eso sí, habrá que tener en cuenta que todo ser vivo genera movimiento, especialmente si la persona o el animal no está posando, por lo que tendremos que usar una velocidad de obturador más lenta.

Dentro de la misma composición, podremos jugar a ubicar a estas personas o animales en lo que se conoce como «la regla de tercios», que consiste en dividir la imagen en tres partes iguales, usando líneas imaginarias. Los puntos donde se cruzan estas líneas son los llamados «puntos de interés» y allí es donde resaltarán más los objetos que queramos fotografiar para poder lograr nuestro objetivo.

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